Wabiana no nació con un plan.

Nació con una sensación.

Con la necesidad de hacer con las manos lo que no podia decir con las palabras. 

No creo en lo perfecto. Creo en lo real. En lo que se transforma. En lo que queda.

Cada joya es una pausa. Un fragmento del tiempo que elegí sostener con fuego y metal, no hay moldes, solo intención, paciencia y alma.

Wabiana es una manera de resistir la velocidad, de elegir con calma. De usar algo que no grita, pero acompaña.

Gracias por mirar con ojos lentos.


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